sábado, diciembre 17, 2005

En estos días...

La verdad es que no he tenido ganas de postear gran cosa estos días.
Estuve enferma como una semana y aparte de eso me agobié escribiendo el post anterior. Leer en prensa o en blogs sobre la política venezolana no es tanto deprimente como descorazonador. Pero tenía pendientes varios comentarios antes del fin del año.

Uno es sobre el perfil acerca de mí publicado en veneblogs y reseñado por Jorge Letralia. La verdad es que me dió nota que Afrael me enviara el cuestionario y publicara la respuesta, y la consecuente reseña por Jorge. Una buena manera de alimentar este ego mío que me tripeo constantemente con el blog. A ambos gracias por ese "boost" egotrípico. Mi pequeño "Narciso" interior se los agradece.

La entrevista salió publicada justo cuando estaba en Singapur. Viaje sobre el que ofrecí reseñar. Y cosa que no haré hoy porque merece atención aparte. Sin embargo, si voy a contarles el motivo del viaje, que no fue otro sino el de renovarme la visa de Bangladesh, la cual obtuve esta vez por un año en vez de los seis meses de la vez pasada. Gestionar este tipo de asuntos no es cosa fácil aquí. Es probable que uno caiga en las manos de un funcionario que por todas las vías tratará de sacarte dinero para estamparte el sellito en el pasaporte. Ya he pasado por ello y no hay extranjero aquí que conozca que no haya tenido algún problema. Por eso decidí hace un año que antes de regalarle el dinero a algún burócrata aquí, prefería viajar, disfrutar el paseo y obtener el dichoso sello de forma expedita y sin que me cupieran dudas a posteriori de la legalidad del mismo. Singapur de todos los países de los alrededores es el único que la da hasta por un año o dos si uno tiene la documentación correcta. En otros países como Malasia la visa la dan solo por dos meses sin importar si uno tiene todos los papeles o no. Esa embajada tiene esa restricción, no me pregunten porqué, porque se me hace incomprensible. En todo caso aproveché para quedarme un par de días más y conocer un poco del país-ciudad; poder ir a una librería, en este caso la Kinokuniya, una cadena japonesa, y pasar unas buenas horas dentro leyendo y escogiendo unos 3 libros; e ir al cine, donde ví Harry Potter con subtítulos en mandarín. Y por supuesto caminar y vacilarme una cultura citadina diametralmente opuesta a la de Dhaka.

De vuelta acá, se me revolvieron las elecciones parlamentarias venezolanas con ataques de bombas suicidas en varios pueblos en Bangladesh. Esta semana que pasó estalló un niple en nuestra zona y todas las ONG, embajadas, bancos, organizaciones y compañías extranjeras presentes en Bangladesh están acentuando las medidas de seguridad, que se traducen en quitar las identificaciones de los vehículos y oficinas, y chequear a la gente a la entrada de todo, hasta de los cajeros automáticos de cabina.

Las amenazas de bomba han sido declaradas para varios colegios y secundarias en el país. La gente sencillamente no entiende porqué para exigir la implantación de la ley islámica en el país, gente joven se hace estallar llevándose a otros cuantos consigo. Este país no está ocupado, ni tiene rencores de muertes debidas a ello. Las razones del martirio se hacen incomprensibles y el rechazo es general, sin embargo cada día salen las noticias de embargos en casas y mezquitas de textos "jihadistas" y arsenales de bombas caseras y armas.

A la inquietud por estas cosas se me sumaron las noticias de un proyecto que posiblemente gerencie en Tanzania a partir de enero, y de otro en el que participaré en Uganda y una crisis estomacal que me tuvo toda una noche entre arcadas y de "chorrito a coliseo", al parecer causada por una infección y/o parásitos que me tumbó por una semana. Una de las fiebres Dhakaítas que han afectado a un pocotón de gente en estos días. No podía ni retener agua en el estómago. Y todavía no he podido empezar a comer regularmente.

Por supuesto, entre la falta de ambiente navideño y todo lo anterior la "morale" ha andado un poco espasmódica. Mejorará sin duda el fin de semana próximo en que iremos a pasar las fiestas con un amigo y el hermano de Lino a Nepal. Haremos un trekking en Pokhara con vista al Anapurna por unos seis días. Estaremos cosidos de frío, pero fuera de aquí. Relajados con la vista del rango de montañas más altas de los Himalayas, abstrayéndonos de las realidades que como dramáticas ficciones nos construimos los humanos a través de la política y la religión.

Quizás haga un par de posts más antes de irme el próximo jueves, pero entretanto y por si acaso reciban unos deseos de Feliz Navidad progresivos aritméticamente, dosificados de a poquito día a día para un efecto eficaz y concentrado en las fechas pertinentes.

3 Comentarios:

At 8:12 p.m., Anonymous Anónimo said...

Amiga controle esos esfínteres, y suba ese ánimo. Desde aquí le mando un gran abrazo navideño, olvídese de la política venzolana y mundial, que eso es como el crimen "no paga" (A menos que vivas de ella).

 
At 7:42 p.m., Blogger romrod said...

un abrazo navideño para Lino y para ti y que disfruten ese trekking nepalés (esperamos alguna fotito nosotros los fans del Himalaya). Por acá yo sigo sumergido en mi evasión de fin de año tratando de ir a la playa cuando me es posible y de olvidarme un poco del mundo.

 
At 10:08 p.m., Anonymous Anónimo said...

A veces Tanzania te debe sonar a paraiso por lo visto :-) Suerte con los proyectos, y lo de Nepal q nice vale, agarrar aire del q respiran los lamas a ver si se pega algo.
Felices fiestas.

 

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