sábado, noviembre 27, 2004

Ranteo de medianoche

Hay algo que es común a todos los que escribimos por afición, vocación o compulsión. La necesidad de expresarnos. Y a todos los que blogueamos, además, la de entablar comunicación y establecer una de esas conexiones azarosas e inesperadas que nos hacen reconciliarnos con el mundo.

Escribir es un acto íntimo. Y lo es más que el de la conversación. No gozamos de nuestra expresión corporal para apoyarnos por lo que debemos ser más precisos y en mi opinión dejamos ver mucho más de nosotros. De alguna forma dejamos nuestra vulnerabilidad al descubierto y de otra, ello nos hace sólidos. No sé si me explico... pero creo que me entienden.

Escribir también es un acto de liberación. A las aprensiones, a los prejuicios que nos hace limitarnos como seres sensibles y ávidos de contacto. A superar la paradoja del hombre, de ser un animal gregario pero que padece de soledad inmanente, existencial.

En estos días he tenido la epifanía de que en realidad todos estamos conectados, pero que no sabemos ver los finos hilos que nos unen. Hemos como especie, desaprendido a ver la conexión entre nosotros. O quizás nunca lo supimos y estamos aprendiendo apenas? ...No sé.

Es posible que nunca superemos la soledad existencial, pero por lo menos podemos asumirla y vivirla acompañados. Unos con más éxito que otros y ... en eso estamos.

2 Comentarios:

At 6:08 p.m., Blogger unocontodo said...

si, te explicas y opino lo mismo, por eso a veces antes de decir algo, prefiero escribirlo....

Y en la época que estuve "solo", lo asumí y la disfruté y cuando llegaba a casa me "conectaba" y sí, la sensación era de "compañía".

 
At 3:30 a.m., Blogger Topocho said...

En eso andamos, efectivamente. No me canso de leer tu blog :-)

 

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