jueves, enero 20, 2005

PS: Libertad de expresión

La libertad de expresión es un derecho de todos.
Nadie tiene derecho a coartarla en otros, pero eso sucede.
Gracias a leyes amañadas o ambiguas.
Gracias a medios que someten a sus periodistas a acatar una línea editorial tendenciosa o callando a sus columnistas eliminándoles el espacio cuando más les conviene.
Sucede gracias a grupos o particulares que amenazan, agreden o matan a quienes no se quieren callar denunciando hechos criminales, defendiendo causas o tomando posturas.
En todos los casos priva la intolerancia a la disensión, a la diferencia de opinión, intolerancia que proviene de la arrogancia que da el poder político, mediático o de las armas.

Nuestra libertad ha sido más insultada y amenazada hasta ahora que coartada en realidad. Ha habido más intolerancia por parte de la población al ejercicio del periodismo que lo que el gobierno ha demostrado. Sus seguidores extremistas son quizás los que hayan adelantado los ataques a los disensores, azuzados por el verbo guerrero del presidente. La respuesta opuesta no se hace esperar y profesionales de los medios oficiales también son atacados y agredidos.
Es decir, en la arrogancia de cada bando no hay posibilidad de razón en el otro. A priori está equivocado.

Nosotros no tenemos periodistas secuestrados o muertos ni por guerrilla, paramilitares, o narcos como en Colombia donde el ejercicio de la profesión realmente requiere de mucha valentía e integridad.

En Bangladesh los ataques son a escritores que critican el fundamentalismo religioso ya sea en sus novelas, ensayos o poemas , así como a periodistas que activamente cuestionan sus actividades. En lo que llevo aquí han habido como 4 casos sonados de asesinatos a escritores y periodistas prominentes. No sé de verdad cómo se salvó Salman Rushdie, porque el fundamentalismo no perdona.

En nuestro país habrá que ver si avanzamos hacia una mejor tolerancia mutua. Entretanto veremos.