jueves, octubre 20, 2005

Crónica íntima

En estos días he acomodado mi cuarto y de alguna manera he paliado la pequeña crisis en la que me encuentro. Su origen todavía lo desconozco con precisión, pero tengo algunas pistas.
Ahora veo de frente a la ventana, mis pinturas tienen su sitio en un rincón y en otra pared se encuentra la pequeña biblioteca que me puedo permitir en esta vida de gitana.
Ya encargué el sofacito para echarme a leer y sustituir la colchoneta en el suelo, y pronto vestiré a la ventana con alguna tela colorida de por estas partes.
Sin embargo, la ventana la tengo que tener abierta.
Necesito ver las palmeras bañadas de sol o lavadas por la lluvia como hoy.
El graznar de los cuervos me hace compañía y de tanto en tanto les dejo una chuchería en el balcón. Para mí no son agoreros, sino un recordatorio. En estos días también me visitan otra clase de pájaros pequeños y marroncitos que gozan bañándose en la tierrilla de las macetas.
He saltado de lectura en lectura buscando palabras que me toquen. Y una que otra me hace alguna cosquilla pero nada de contundencia.
Está lloviendo y ando inquieta.
El centro lo tengo descolocado. Y mientras halla su lugar no puedo sino dejarme llevar por la corriente de los días, cepillarme los dientes, tomar la ducha, vestirme y alistarme para el trabajo, reunirme con las amistades instantáneas que esta vida de trashumante ofrece como un regalo o a veces una lotería. Reír aquí y allá, tomarme un trago, comer rico, regresar a casa y acurrucarme en la seguridad y el amor. Luego más tardecito, entrar de nuevo en mi cuarto, ver hacia el atardecer o la noche según el caso, contemplar las palmeras, dar unos brochazos o teclear algunas palabras... o no.
O no, sencillamente entrar en el cuarto y aposentarme allí en la lucidez del insomnio.
Y esperar.

Esperar.
Ver el tiempo.
Verlo.
Pasar.
Correr.
A tu lado.
A través tuyo.
Dejarte atrás.
Esperar.
Por recordarte.
Por encontrarte.
Por adivinarte.
O quizás por nada
sólo por esperar
por estar
por ver el reloj
por querer una palabra
aún sin inventar
un sentimiento
que no sea antiguo

un conocimiento
que no sea el de siempre
tibio y acostumbrado

El centro está descolocado...
¿Y si sigue en su moldura
seguro y eterno?
A lo mejor, entonces,
son mis periferias las que no encuentran
el dibujo de sus límites
la precisión de una atmósfera
la certeza de una cartografía...

12 Comentarios:

At 3:53 p.m., Blogger OjO al Texto said...

Que bien escribes, Kira felicitaciones por esta nota de hoy.

Claro que no debería hacerlo porque hoy estoy enojadísimo contigo porque me has ido a regañar a mi blog. Estoy que te retiro mi enlace en señal de protesta!

Mentiras:-) No soy capaz enojarme con gente que tiene la razón.
Te mando mis saludos

 
At 4:51 p.m., Blogger Juan Carlos Chirinos said...

Kira, bellísima la metáfora de las periferias que no encuentran los límites del centro.
Por lo menos la "pequeña crisis" te regala textos hermosos...

 
At 5:48 p.m., Blogger Mire said...

hermosísimo texto...vi el paisaje en tus palabras, vi tu cuarto, sentí la lluvia, me identifiqué en tus sentimientos...un abrazo, muchos!!!!

 
At 6:06 p.m., Blogger Fedosy Santaella said...

Tal como lo dice, aprendiz, vi tu cuarto. Hermoso tu texto. Creo que el viaje, los traslados, el estar de pasajero, como turista o trabajador itinerante en lugares qe no son los nuestros, siempre producen este tipo de dislocacion, nos sacan del centro. Son como los retazos de un pensamiento sagrado (lo cual me parece fantastico), tal como lo podemos leer en el maestro Mircea. "Es la ruptura operada en el espacio lo que permite la constitucion del mundo, pues es dicha ruptura lo que descubre el 'punto fijo', el eje central de toda orientacion futura".

Saludos, y disculpa el comentario tan largo.

 
At 7:10 p.m., Blogger DINOBAT said...

Bien escrito, demuestra el sentir del momento, el cuarto no es lo mismo sin tu pareja en el, muy bien de verdad...

 
At 10:31 p.m., Anonymous Anónimo said...

Kira,

Esta nota me tocó profundo. No sé por qué siento que estamos en la misma página, paradógicamente de libros diferentes...Leerte, además de inspirarme, me reconforta...me hace sentir que alguien más tiene el centro dislocado...y que no hay nada de malo en eso!! Un abrazo muy grande.

 
At 9:28 p.m., Blogger Amly said...

Conozco esos momentos, cuando lo que yo llamo nuestro "triangulo emotional" compuesto de alma , sentimientos y lo cotidiano no está equitativo.
Cuando algun de los tres puntos te exige mas atención, uno se siente temporalmente como dislocado, algo emotional displaced.

 
At 9:31 p.m., Blogger Amly said...

Conozco esos momentos, cuando lo que yo llamo nuestro "triangulo emotional" compuesto de alma , sentimientos y lo cotidiano no está equitativo.
Cuando algun de los tres puntos te exige mas atención, uno se siente temporalmente como dislocado, algo emotional displaced.

www.blogigo.de/Willi

 
At 10:56 p.m., Anonymous Anónimo said...

Siempre salen buenos escritos de esos momentos =)

 
At 4:21 a.m., Blogger Petrusco said...

Mucho gusto en conocerte gracias a tu comentario en mi blog. He leído varios posts de tu página y seguiré viniendo seguido a dejarte caer algunas letras. Esto que describes en tu crónica íntima pasa mucho, vemos el tiempo cayendo grano a grano y nosotros preguntándonos cosas. Como cuando vas en un autobús y comienzas a dudar...será en esta parada o en la otra...será que ya me la pasé

 
At 12:51 p.m., Anonymous Anónimo said...

muy lindo lo que escribiste, kira. creo que lo que has plasmado en palabras es un sentimiento universal, que nos toca a todos, en algun momento de nuestras vidas.
lo maravilloso es tener la capacidad de expresarlo.

un abrazo

 
At 2:41 a.m., Anonymous Anónimo said...

cada palabra que escribís es un gancho q alimenta mi ansiedad de conocer q sigue para ver en q terminará. realmente me encantan los conceptos contundentes y simples a la ves, q usas para expresarte.

mis humildes felicitaciones

 

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