miércoles, mayo 04, 2005

Saber que tenemos un espíritu creador...

"... Es cuestión de organizarse, de creer en nosotros mismos y saber que tenemos un espíritu creador y un extraordinario sentido de la libertad; y que la justicia no se cumple con baraturas ni lugares comunes, como nunca se cumplió con el estalinismo brutal, como no se cumplió nunca con el hitlerismo ni con el franquismo. No albergo, ni quiero dejarle a la nueva generación, un mensaje pesimista y doloroso, quiero pensar que toda la gente tiene por dentro un demonio, un viento que lo recorre, un sentido de la creación que puede manifestarse hoy o mañana pero que con toda seguridad se hará presente para dar un ejemplo de dignidad al mundo. Venezuela debe hacer como el Quijote cuando, vencido por el Caballero de la Blanca Luna, éste le pone la lanza sobre la cabeza y le dice: “Confiese que Dulcinea es una pobre mujer”. Y el Quijote, desde el suelo, le responde con estas extraordinarias palabras: “Dulcinea del Toboso es la más grande dama que existe sobre la Tierras y no debe mi flaqueza destronar su belleza. Empuja la lanza, caballero, y quítame la vida, ya que me has quitado la honra”. Semejante sentido del honor creo que es lo que ha hecho tan vigente al Quijote. Con esa idea debemos volver a combatir y continuar soñando. Cuando don está en su cama, muriendo, rodeado de sus familiares y de los hombres de su aldea, Sancho se acerca por debajo de la cama y le dice: “Ay, no se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie lo mate ni otras manos le acaben que las manos de la melancolía." ..."

Fragmento de la entrevista realizada a Adriano González León, por Milagros Socorro en el Nacional, 01.05.2005. Disponible en el noticiero digital.

La traigo a colación por múltiples razones. Por el aniversario de la muerte de Cervantes el pasado 23 de abril y día del libro; porque siempre me maravilla la capacidad de Adriano de citar de memoria luego de solo una lectura cualquier texto de la literatura no importa cuantos años después, y porque comparto la idea de que por encima de cualquier cosa debemos creer en nosotros y la capacidad que tenemos de crear y ser libres como país. Y hay que ejercitar esa creencia así sea en actos cotidianos mínimos para no dejarla morir de mengua y desaliento. Al espíritu no puede dejársele machacar por nadie. Tenemos mil ciento y tantos botones de muestra de dicho espíritu en nuestra comunidad de blogs venezolanos.

En estos tiempos que corren extraño las plumas agudas y sin miedo de Cabrujas, Nuño, Garmendia, Uslar, Liscano. Aún nos queda gente que puede dar testimonio de una época luminosa de nuestra literatura y que tiene la sabiduría de apreciar la que está acrisolándose. Que dicha literatura haya trascendido poco las fronteras es lo de menos, lo importante es que es nuestra y solo nosotros la podemos validar.

En otro orden de ideas y discusión sobre el estado actual de la literatura venezolana, a quien le interese pase por el post de Rulemanes para telémaco, Modelos para armar. Una tormenta en la tina y persiga los enlaces que provocaron el análisis al final de su artículo, en ellos se atisba uno de nuestros problemas y es el de la poca valoración de lo que tenemos y la falta de ganas de hablar de ello en el síntoma de una sillas vacías durante la última edición de la Bienal Mariano Picón Salas... y a quien quiera apreciar en que anda la narrativa breve local y disfrutar de una buena antología en línea Ficción Breve Venezolana es adonde hay que ir.